La producción escénica del padre Pedro Pablo Acevedo
Arantxa Domingo Malvadi
Materias IBIC - BISAC
- HRLP - Instituciones y organizaciones religiosas
- ANF - Dirección y producción de teatro
Resumen
La presente tesis es reflejo del creciente interés que en los últimos años han suscitado en nuestro país los estudios sobre el teatro de colegio en latín del siglo XVI. En este contexto y en un marco limitado a España debemos incluir el teatro de los colegios jesuitas, elemento imprescindible en el desarrollo tanto del teatro y la literatura del Siglo de Oro español como de la docencia y pedagogía jesuíticas. La figura y obra del jesuita Pedro Pablo Acevedo adquiere relevancia en este proceso.
Las páginas iniciales de la tesis (pp. 12-22) están dedicadas a profundizar, en la medida de lo posible, en la biografía de Acevedo, que presenta notables lagunas sobre el lugar de su nacimiento, familia, formación, ingreso en la Compañía, etc., debidas principalmente a la ausencia de referencias y de documentación. Los historiadores de la Compañía ofrecen información a cerca de él a partir de su ingreso en la Orden, aunque la fuente más importante para su biografía la constituye su propia producción y la correspondencia oficial que se mantenía periódicamente desde los distintos colegios con el padre general de la Compañía, (conocida como Litterae Quadrimestres, Epistolae Mixtae y Epistolae Hispanae que se conservan manuscritas en el Archivum
Romanum Societatis Iesu en Roma).
Aunque hay algunas dudas sobre su lugar de origen, podemos afirmar con seguridad que Acevedo era natural de Toledo. Es probable que adquiriera los rudimentos de las primeras letras en su ciudad natal y que completara sus estudios en Salamanca por cuya Universidad muestra predilección en sus obras. En torno a los años cincuenta (1554) su nombre aparece mencionado junto al de los primeros miembros del colegio que la Compañía funda en Sanlúcar de Barrameda. En 1555 fue trasladado a Córdoba para impulsar el desarrollo del colegio que la Compañía había fundado, donde ejerce como profesor de latinidad. En octubre de 1561 fue requerido y trasladado al colegio de la Compañía en Sevilla donde permaneció hasta 1572, año en que fue llamado para cubrir el puesto docente en el nuevo colegio de la Compañía que se abrió en Madrid, el que luego se conocerá como el Colegio Imperial. Al poco tiempo de llegar cayó enfermo y falleció el día 16 de enero de 1573.
Después de trazar una semblanza del autor, la tesis pretende enmarcar la producción acevediana en el contexto de su actividad tanto pastoral como docente en su condición de profesor de latín en los colegios de Córdoba y Sevilla. El análisis de sus obras nos lleva a concluir que en cierto sentido son el producto de un sistema educativo vigente en los colegios que estableció la Compañía de Jesús y en los que se imitan los principales presupuestos educativos establecidos por los humanistas. Más concretamente la pedagogía y organización de la Ratio studiorum jesuita muestra una clara influencia de la disciplina y modelos educativos que se seguían en el colegio de Montaigu en París (el modus parisiensis) en el que se educaron Loyola, Jerónimo Nadal y Diego de Ledesma. Uno de los principios básicos sobre los que se asienta este sistema educativo es el de potenciar el aprendizaje del ars a través de la exercitatio o ejercicios prácticos para lograr un total dominio del conocimiento o ciencia que se desea adquirir o enseñar.
En el caso concreto de la enseñanza del latín, se recomiendan al alumno una serie de ejercicios para adquirir vocabulario y construcciones, lo que se conoce como copia uerborum et rerum. La lectura de textos del canon de autores clásicos, la traducción e imitación de determinados pasajes de dichos autores son ejercicios pensados para la adquisición de ideas y palabras. En un nivel superior se prescriben una serie de ejercicios de composición. Los profesores contemplan para este fin los progymnasmata y las declamationes (meletai), las concertationes y disputationes. La representación de actiones (obras teatrales, pequeños diálogos y coloquios), es considerado como un ejercicio más dentro de la práctica o exercitatio del latín (pp. 23-74).
Se nos ha conservado una parte importante de lo que pudo ser la producción literaria y pedagógica del padre Acevedo durante sus años de docencia en Córdoba y Sevilla (1555-1571). Sus obras se han transmitido en dos códices del s. XVI procedentes ambos de centros de la Compañía de Jesús de Sevilla (R.A.H. 9/2564 y A.H.P.T. M-314). Aunque el contenido de los volúmenes es diferente, un análisis estructural de las obras revela que las obras de ambos códices responden a un programa o método pedagógico teórico y práctico para la docencia del latín. En el códice M-314 hay varios tratados o artes de la lengua latina, breves coloquios de carácter meramente escolar, composiciones en prosa a modo de praeexercitamenta y composiciones en verso. En el códice 9/2564 predominan las obras concebidas para su representación (actiones, certámenes literarios, discursos inaugurales, etc.).
El detalle de su contenido se da en las pp. 75-105. En las pp. 106-125 se ha establecido una cronología de las obras, tanto de las conservadas como de las que sólo tenemos referencia a través de noticias recogidas en la correspondencia de la Compañía. La ordenación cronológica de su producción nos permite concluir que las obras de Acevedo fueron representadas en ocasiones de especial relevancia en la vida académica y religiosa de aquellos colegios en los que se desarrolló su actividad: inauguración de cursos académicos, celebraciones de festividades religiosas, actos o celebraciones de carácter civil. Por otra parte, nos ha permitido saber que una misma obra se representó en varias ocasiones y que en algunos casos, la fecha que ofrece el códice, no indica más que una de las posibles fechas de representación. La comedia Charopus se representó además de en 1565 como indica el códice, en 1563 (cf. carta de Acevedo a Laínez fechada en 1-XI-1563 en E. H. 100, ff. 301-303). El éxito de la representación de la comedia Metanoea en 1561, obligó a pedir al obispo de Córdoba que la obra se representara una vez más (cf. carta de Acevedo fechada el 1-IX-1961 en L.Q. t. VII, pp. 443-448). Sabemos por esta carta que la obra se representó al menos dos veces el mismo año. Es de suponer que se representó más veces y en otros colegios de la Compañía que pudieron hacerse con una copia.
La correspondencia entre los distintos colegios en los que ejerció Acevedo y el padre general de la Compañía y la producción de Acevedo pone de manifiesto más si cabe que la propia Ratio studiorum, la importancia que los jesuitas conceden al teatro como instrumento pedagógico y social.
Uno de los principales problemas que se observa en la producción de Acevedo es el de su clasificación por géneros. A analizar esta cuestión se dedican las pp. 126-144 de la tesis. Acevedo maneja distintas estructuras y formas, aunque para referirse a ellas, emplea un sólo término: actiones, actio, que él mismo traduce en castellano por actión, con lo que las coloca en la órbita de lo representable, es decir, de todo aquello que pueda ser interpretado por actores en un escenario. Frente a esa única fórmula –actio– empleada por Acevedo, las rúbricas que encabezan cada una de las obras contribuyen a provocar cierta confusión en el lector y han afectado de algún modo a la clasificación de las obras acevedianas marcadas por su forma dialogada y por su carácter representable. En las pp. 152-165 se ha intentado analizar los problemas derivados de la representación de las obras de Acevedo, tanto desde el punto de vista de la puesta en escena, como desde el punto de vista de la transmisión de las obras.
Acevedo pretende en sus actiones presentar en forma directa una serie de ideas que si estuvieran expresadas en forma de oratio continua, tal vez no suscitarían en el oyente el interés deseado. Es la forma idónea para que las preguntas y respuestas que se llegan a plantear los diferentes protagonistas de sus diálogos se las haga también el oyente. El espectador aceptará las ideas expuestas en forma diálogada con más facilidad que si se trasmitieran en forma de sermón. Por otra parte, cuando el diálogo es representado, la historia gana en verosimilitud y contribuye a fijar en el espectador lo que se le quiere decir.
Es evidente que Acevedo subordina el tema, la acción, la estructura y concepción dramática a sus fines pedagógicos e ideológicos. Para elaborar sus obras, Acevedo reutiliza modelos tradicionales que arrancan tanto de la tradición del teatro medieval y religioso como del teatro humanista y escolar basado en la imitación de los clásicos, copiando comedias de otros padres, retomando ideas de otras comedias suyas, etc. Los posibles modelos e influencias han sido tratados en las pp. 138-152.
La selección realizada para la edición ha pretendido ilustrar el sistema pedagógico de la Compañía así como la diversidad formal de la producción acevediana –diálogos, comedias, tragedias y discursos casi representables– que encierra una gran variedad de ejercicios prácticos que Acevedo propone a sus alumnos: composiciones en prosa, composiciones en verso, disputationes, paráfrasis, écfrasis o descripciones, juegos de variación de figuras retóricas. También he tenido en cuenta el criterio de la ocasión para la que las obras fueron compuestas, seleccionando obras representadas con motivo del fin o comienzo del curso escolar, obras representadas con motivo de una festividad religiosa o con motivo de la visita al colegio de una personalidad destacada (pp. 166-169).
A pesar de que la edición se ha realizado a partir de un único manuscrito, se incluye un aparato crítico que recoge las lecturas de las diferentes manos o correcciones que se hacen al texto, especialmente abundantes en las tres primeras obras que se editan. Junto a la edición se ofrece una traducción literal de las obras. Precede a cada obra un breve estudio con un resumen argumental, análisis de la estructura dramática, de los posibles modelos, un análisis del trasfondo ideológico de la obra y un breve comentario sobre la representación de la obra (pp. 176-663).