Libros y primer humanismo en Salamanca: Inventarios y ámbitos del patrimonio librario del Colegio Mayor de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca entre 1433 y 1440
Jorge Jiménez López
Materias IBIC - BISAC
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Resumen
El Colegio Mayor de San Bartolomé forma parte del engranaje esencial para las transformaciones que comienzan a darse desde finales del siglo XIV en el solar castellano. Con la centuria a punto de expirar, cuando el Estudio salmantino alcanzaba siglo y medio de andadura, no gozaba de una posición relevante en el entramado académico europeo, ni siquiera en su propia ciudad, donde los Generales de franciscanos y dominicos rivalizan por mantener la posición dominante. Sin embargo, en un momento confluyen varios acontecimientos y protagonistas que impulsan al salmantino al centro de la vida política y religiosa occidental, que lo llevan a vivir una verdadera refundación, el preludio de su dorado siglo XVI.
El propio título que lleva esta obra, Libros y primer Humanismo en Salamanca. Inventarios y ámbitos del patrimonio librario en el Colegio Mayor de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca entre 1433 y 1440, es en toda regla una declaración de principios que registra los pivotes por los que discurre y hasta las opciones metodológicas contempladas. La propia adopción del concepto «patrimonio librario» denota una nueva postura intelectual que introduce otras consideraciones del mundo del libro. Pero también se detiene en los ámbitos donde se custodian los tomos: el autor se enfrenta a los problemas de anteriores aproximaciones al tema tratado para establecer definitivamente los respectivos espacios destinados a su cobijo, la librería minor, la librería maior, los libros de la capilla y las arcas, así como la organización y su distribución. La obra constituye en este aspecto un estudio modélico para abordar el mundo de las bibliotecas y las librerías tardomedievales, de mayor significado dada la documentada prioridad de la salmantina.
La reconstrucción de la librería del Colegio, y la consideración del libro como artefacto cultural activo y su proyección en los colegiales, le ha permitido al autor defender su incidencia en la creación de la incipiente «Escuela de Salamanca». Reivindica el valor del intelectual como alguien activo y no pasivo y no como un exégeta sino como un pensador. La biblioteca constituía una colección de conocimientos más que un depósito. Del alcance del estudio nos da una idea clara la propia evocación de los nombres protagonistas: Guillem Gil de Murcia, Alfonso Fernández de Madrigal, Alfonso de la Torre, Alfonso de Paradinas, Juan de Mella o Pedro de Osma, etc. La investigación denota la incidencia de la biblioteca bartolomea en la génesis de la «Escuela de Salamanca»; de hecho, se anticipan sus inicios, propuesta que coincide con una lectura revisionista corroborada desde otros campos, como la moderna historiografía propone. Esta obra constituye una fuente principal para acotar otros campos del saber de las disciplinas universitarias, la astronomía, la gramática, el derecho, la teología, la filosofía, la historia, etc. Se defiende un significado trascendente para ese siglo XV, primeras décadas donde se fragua la proyección de la Universidad salmantina, adelantando las clásicas consideraciones que la literatura ha venido repitiendo para referirse al siglo XVI.
En definitiva, la reconstrucción del patrimonio librario y sus ámbitos en el Colegio Mayor de San Bartolomé permite ahondar en las relaciones con el mundo del libro de uno de los grupos de intelectuales que confluyeron en Salamanca al servicio de la Corona real y pontificia, durante uno de los periodos más convulsos de la política, de la mentalidad y de la espiritualidad europea occidental. Todo al mismo tiempo que se pone en marcha la renovación académica del Estudio General salmantino, un escenario donde el libro y sus espacios constituyen el germen de la transformación científica que aflorará unas décadas más tarde en la «Escuela de Salamanca».